Cómo lo solucionamos

El Panel de Alto Nivel de la ONU sobre Responsabilidad, Transparencia e Integridad Financieras Internacionales (Panel FACTI, por sus siglas en inglés) describió el fraude fiscal mundial como un "robo por partida doble: una expropiación de fondos que también priva a miles de millones de personas de un futuro mejor". Cada año, el mundo pierde más de 427 mil millones de dólares en ingresos fiscales a causa de las guaridas fiscales. Más de la mitad, 245 mil millones de dólares, se pierde directamente en el fraude fiscal corporativo transfronterizo por parte de empresas multinacionales.

El Índice de Guaridas Fiscales Corporativas está diseñado para identificar las mayores fuentes de riesgo de fraude fiscal corporativo y comprender sus orígenes para que las personas y los responsables políticos que los representan puedan tomar medidas fundamentadas.

Utilizar puntajes de guarida desglosados para combatir el fraude fiscal corporativo a nivel nacional

El Índice de Guaridas Fiscales Corporativas evalúa minuciosamente los sistemas fiscales y financieros de cada jurisdicción a fin de encontrar las jurisdicciones más responsables de permitir que las empresas multinacionales eludan impuestos corporativos. Estas evaluaciones son más que simples boletas de calificaciones. Sirven como manuales de resolución de problemas que ponen de relieve las leyes y las lagunas legales que los legisladores pueden enmendar para evitar que las multinacionales utilicen sus sistemas fiscales y financieros para seguir cometiendo fraude fiscal corporativo.

Todas las jurisdicciones permiten cierto grado de fraude fiscal corporativo, ya sea deliberadamente o no. A menudo se habla de las guaridas fiscales en términos de blanco y negro; tal país es una guarida fiscal o no. Esta idea binaria de las guaridas fiscales se ha popularizado especialmente por las "listas negras de guaridas fiscales" como la lista de jurisdicciones no cooperativas de la UE. En la práctica, todas las jurisdicciones se encuentran en algún lugar del espectro de guaridas fiscales corporativas. Por esa razón el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas es un índice, no una lista, y es exactamente para lo que está diseñado el índice. 

Esto significa que todas las jurisdicciones tienen la responsabilidad de protegerse contra el fraude fiscal corporativo. Todas las jurisdicciones pueden utilizar la evaluación de Índice de Guaridas Fiscales Corporativas de sus sistemas fiscales y financieros para identificar los pasos que pueden tomar de forma independiente a nivel nacional para combatir el fraude fiscal corporativo en todo el mundo.

La evaluación de cada jurisdicción, a la que se hace referencia como su "desglose del puntaje de guarida", se encuentra disponible en la página de perfil de su país aquí.

Una convención fiscal de la ONU

Cada medida que adopta la jurisdicción a nivel nacional contribuye en gran medida a evitar que las empresas multinacionales eludan impuestos. Pero para acabar definitivamente con un problema mundial, se necesitan soluciones globales. En un estudio sobre el fraude fiscal global publicado por el Panel de Alto Nivel de la ONU sobre Responsabilidad, Transparencia e Integridad Financieras Internacionales, el panel FACTI de la ONU exigió "nada menos que una transformación del sistema financiero mundial" liderado por las Naciones Unidas.

Tras décadas de campañas, la perspectiva de elaborar una convención fiscal de la ONU finalmente se convirtió en una posibilidad real en 2021 cuando un grupo de jefes de estado emitió un informe elaborado por un panel de alto nivel de la ONU solicitando una convención fiscal de la ONU para formalizar y respaldar un paquete de políticas de justicia fiscal. Tales políticas de justicia fiscal garantizarían que las empresas multinacionales sean transparentes en lo que respecta a sus asuntos financieros y paguen la cantidad correcta de impuestos, en el lugar apropiado, en el momento adecuado.

Una convención fiscal de la ONU, al igual que la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención contra la Tortura, sería un acuerdo adoptado por la Asamblea General de la ONU que crea normas y estándares internacionales. Un estado miembro de la ONU firmaría la convención cuando la Asamblea General de la ONU la adopte a fin de demostrar su apoyo a los principios de la misma. La convención solo se volvería legalmente vinculante para el estado miembro de la ONU una vez que dicho estado miembro la ratifique.

Durante las últimas 60 décadas, las reglas fiscales mundiales fueron establecidas por un pequeño grupo de países ricos en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), una organización de afiliados de 37 países de altos ingresos. Con el fin de obtener la aprobación de sus países miembros más poderosos, la OCDE a menudo tuvo que suavizar sus reglas fiscales mundiales, en ocasiones hasta el punto de quedar obsoletas.

El sistema fiscal mundial creado por la OCDE está fallando drásticamente en la actualidad a la hora de reducir el fraude fiscal mundial. Los países pierden más de 427 mil millones de dólares en impuestos cada año en guaridas fiscales, el equivalente al salario anual de una enfermera se pierde en guaridas fiscales cada segundo. La política emblemática de protección de la OCDE para detectar las prácticas fiscales nocivas de los países falla sistemáticamente en la detección de los riesgos de fraude fiscal corporativo. Se encontró que los países calificados como "no nocivos" por la OCDE eran responsables del 98 por ciento de los riesgos de fraude fiscal corporativo recogidos por el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas de 2021.

El intento de la OCDE de reformar el sistema fiscal mundial que había contribuido a crear no logró ningún cambio significativo. En 2020, la OCDE eludió una propuesta que había preparado durante varios años en consulta con países de todo el mundo, incluidos países no miembros de la OCDE, a favor de una propuesta que elaboraron Estados Unidos y Francia en privado a puerta cerrada y fue impuesta abruptamente a la OCDE y al mundo. La nueva propuesta equivalía a poco más que un plan de “guaridas fiscales ligeras” y fue duramente criticado por los principales economistas de todo el mundo. Joseph Stiglitz, ganador del Premio Noble de Economía declaró con respecto a la propuesta:

“Las propuestas en la OCDE simplemente no resultan adecuadas, realmente representan la captura de esta agenda por parte de las empresas multinacionales y los países que están estrechamente vinculados con dichas empresas multinacionales”.

En 2021, el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas reveló que los países de la OCDE y sus dependencias eran responsables de más de dos tercios de los riesgos globales de fraude fiscal corporativo medidos por el índice. Es decir, la tarea de combatir el fraude fiscal corporativo a nivel mundial resultó no solo casi imposible para la OCDE, sino también extremadamente inapropiada.

Una convención fiscal de la ONU desplazaría la elaboración de normas de las manos de algunos países ricos de la OCDE y pasaría a la luz de la democracia en la ONU. Un foro inclusivo a nivel mundial en la ONU permitiría finalmente a los gobiernos de todo el mundo dictar de forma democrática y transparente las normas fiscales mundiales y garantizar que estas se basen en los principios de los derechos humanos, en lugar de los deseos de las empresas multinacionales más acaudaladas.

La Red para la Justicia Fiscal cree que nuestros sistemas fiscales y financieros constituyen nuestras herramientas más poderosas para crear sociedades justas que otorguen el mismo peso a las necesidades de todos. Pero durante décadas, la OCDE, bajo la presión de gigantes corporativos y poderosas guaridas fiscales como los Países Bajos y Reino Unido programó su sistema fiscal para priorizar los deseos de las empresas y las personas más adineradas por encima de las necesidades de los demás. Esto promovió la desigualdad, fomentó la corrupción y socavó la democracia.

Debemos reprogramar nuestro sistema fiscal mundial para priorizar el bienestar y los medios de vida de las personas por encima de los deseos de quienes están empeñados en no pagar sus impuestos. Una convención fiscal de la ONU permitiría a los gobiernos recuperar el control de la política fiscal mundial y reescribir las reglas fiscales mundiales a fin de proteger las necesidades de las personas en todo el mundo.

Políticas tributarias para la justicia fiscal

El Panel de Alto Nivel de la ONU sobre Responsabilidad, Transparencia e Integridad Financieras Internacionales (Panel FACTI, por sus siglas en inglés) presentó una serie de recomendaciones junto con su llamamiento para la elaboración de una convención fiscal de la ONU en 2021. Dichas recomendaciones consistían en una serie de políticas que la convención fiscal de la ONU formalizaría como normas internacionales.

Tales recomendaciones plasman plenamente la plataforma política creada por la Red para la Justicia Fiscal desde su creación formal en 2003. Para obtener más información sobre esta plataforma política, por qué es importante y cómo puede lograr que el fraude fiscal mundial sea cosa del pasado, consulte nuestro informe interactivo aquí.